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CINE BRAILLE

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Todos estos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia

HUMECTÁNDOSELA BIEN CON WET LEG

Wet legs, "piernas mojadas", es como se llama en la Isla de Wight, con sorna pueblerina, a los forasteros llegados desde la otra ribera del estrecho de Solent. Y Wet Leg es una banda inglesa que nació en 2019 casi como una broma entre dos veinteañeras de la isla, Rhian Teasdale y Hester Chambers, que se conocían desde adolescentes cuando compartieron escuela de música, y que tenían ganas de sonar más rockeras que en sus proyectos previos, que por lo demás nunca habían trascendido demasiado. A ver de qué se trata esto.

 

A mediados de 2021 alegraron la salida de las restricciones contra la pandemia de COVID-19 con un par de temas geniales, Wet dream y sobre todo Chaise longue, deliciosos pastiches sonoros que sonaban bien frescos pese a estar armados con todos los ganchos y trucos del pop y el rock de fines de los años setenta, de comienzos de los años noventa y de la primera década de este siglo aún más "problemático y febril" que el previo. La letra del primero tiene un punto de vista original, el de una chica que se niega a ser protagonista del "sueño húmedo" de un varón. La del segundo parece alternar versos absurdos pero que, al coronarlos con una invitación a compartir el mueble que da nombre al tema, revelan retrospectivamente su doble sentido ("¿querés que asignemos a alguien para enmantecar tu budincito?"). Ambos están cantados por Rhain en un divertido registro inexpresivo, como de falsa inocencia. Una falsa inocencia que hace sospechar que el nombre de la banda también encubre algún otro doble sentido.
El primer álbum de Wet Leg, de título epónimo, se editó en abril de 2022. La expectativa despertada con los dos temas anticipados el año anterior fue ampliamente satisfecha. Being in love abría la colección de canciones con una vuelta de tuerca: el lado oscuro del enamoramiento, ese estado de ansiedad permanente y falta de foco que paradójicamente convierte al enamorado en un ser doliente. Hay varias canciones cuya temática es la resaca de una relación tóxica, como la lindísima balada Loving you, otro hit como Ur Mum, o Piece of shit, que pese a su título sensacional es un tema tranquilo; en las ediciones de lujo se agrega It's a shame.
Supermarket es otra balada irresistible, acerca de la inadecuación de una pareja para ser presentada a los padres o siquiera ir de compras por vivir pasado de rosca con las drogas. La letra de Angelica habla de las fiestas a las que se asiste de mala gana, por una mal entendida obligación de socializar, para terminar encontrándose con personajes extraños, de comportamiento estrafalario. En Convincing la resistencia a ir a esas fiestas parece encubrir fobia social; que su serpenteante melodía lleve la voz de su autora, Hester, parece su intento de enfrentar esa ansiedad que la hace aparecer en los videos siempre en segundo plano de Rhian, no participar de las entrevistas y, en escena, apenas cantar pese a su excelente voz y técnica, y casi esconderse cuando llega una de esas brillantes partes suyas de guitarra líder que definen el sonido de la banda.
Oh no es una pintura de ese peculiar infierno personal suspendido que vive quien pasa las noches absorto en redes digitales, por caso cualquiera de los desdichados protagonistas de los otros temas. I don't wanna go out cita el riff de The man who sold the world de David Bowie y cuenta la historia del músico que siente que su banda no avanza y lo invade una sensación de fracaso vital que se prolonga a la canción final, Too late now, una bomba post-punk de ignición lenta en la que se descubre que crecer implica comenzar a percibir el sabor agridulce de la vida y el vacío de todos los rituales contemporáneos.
En este julio de 2025 acaba de editarse el álbum sucesor, Moisturizer ("humectante"), destinado a despejar la duda de si Wet Leg había agotado sus trucos en su debut. Por lo pronto la banda se expandió a quinteto, con la incorporación de los muy eficaces instrumentistas que fungieron de músicos de apoyo en vivo desde 2021, que además participan en la composición de los temas: el baterista Henry Holmes, el bajista Ellis Durand y el guitarrista y tecladista Josh Mobaraki, pareja de Hester. El sonido es más poderoso y pesado: la excelente base de bajo y batería suena más destacada. Rhain le saca todo el provecho a su gran voz, su entrenamiento como cantante de cámara, y a su talento actoral para dotar a su canto del matiz teatral más conveniente.
El tema principal de las canciones es el amor, pero celebrado en un tono entre extasiado y sorprendido por su maravilloso poder que es el opuesto al de Being in love: el cinismo ha desaparecido. (El notorio cambio físico de Rhian entre un álbum y otro pareciera otra consecuencia de ese giro positivo en la perspectiva). Se destaca un temazo, CPR, en el que la cantante pide que le den reanimación cardiopulmonar ("CPR" en inglés) y llama al número de emergencias porque el enamoramiento la puso en shock.
Muchas canciones son variaciones de esa sensación, moduladas por una perceptible ampliación del rango musical de Wet Leg. Liquidize o Jennifer's body suenan a pista del álbum anterior, pero en esteroides. En Davina McCall hay country-pop y en Pokemon pop ochentoso, así como pop progresivo setentoso en la balada 11:21 y electro-rock industrial en Pillow talk. En U and me at home, animada canción con estribillo matador que apropiadamente cierra el álbum, el amor ya ha convertido una mera casa en hogar.
Hester Chambers asume el protagonismo vocal en dos temas. Ambos suenan a hits en sala de espera, en los que las guitarras chorrean rock mucho más que en las otras canciones. Pond song relata el encuentro de dos enamorados que bien podría ser el de Rhain y su pareja, Don't speak está escrita desde el punto de vista de Josh hablándole a Hester.
Hay dos temas que escapan a esa temática predominante y parecen más cercanos al espíritu mordaz de las letras del primer álbum. Uno es Mangetout, título al que no habría que leer como si fuera una palabra francesa sino como man get out ("hombre, andate") en el que parece volver la antigua pareja tóxica. En una frase, la desafiante Rhian modelo 2025 escala el problema personal a cuestión de género, o lo subsume como apunte de la economía sexual imperante, cada quien lo interpretará como le parezca: "¿me querés coger? Lo sé. Como la mayoría". El otro es un hit disco-punk esplendoroso, Catch these fists, que adopta el punto de vista de una chica objeto del acoso de un tonto hormonado en una pista de baile.