Reseña crítica: El 1er. Ministro de Puerto Rico envía un telegrama al sagaz Sherlock Holmes (Martin Fric) para que consiga y entrene un doble exacto del Rey Fernando XXIII en el plazo de 30 días. Sucede que las latentes amenazas de terroristas, anarquistas, conspiradores e intrigantes motivan al cobardón Rey a haber dejado pasar un año sin aparecer en público. Un sosías sería útil para actos oficiales, audiencias, discursos y banquetes sin peligro para la vida de Su Majestad. Holmes conoce a través de un periódico a un estudiante checo, Frantisek Lelicek (el comediante Vlasta Bruiam), que vive acosado por infinidad de acreedores. Cuando el detective le ofrece unos cuantos miles para una propuesta de negocio, Frantisek rápidamente accede y se comienza a estudiar un manual de idioma español. En camino ferroviario a este alucinado "Portorico" que más que nada es una parodia de las monarquías de Europa Oriental - y vaya a saber si con una dosis de sátira de la Bohemia de la canónica "Un Escándalo en Bohemia" o bien del desaparecido Imperio Astro-Húngaro - Holmes se convierte en tutor del sosías, que se llama a si mismo "Imitación" o "dummy". Justamente una de las gracias de Frantisek es hablar cómicamente en inglés americano y francés o bien cantar algunas canciones simpaticonas. Hay toques slapstick, como cuando los acreedores acorralan a Frantisek en un restaurant o cuando - ya siendo rey sustituto - sufre un atentado con una bomba. Teniendo en cuenta de qué cinematografía estamos hablando y qué época, hay una digna utilización del sonido y generosidad de movimientos de cámara por parte del veterano realizador bohemio Carl Lamac. Las suntuosas secuencias del ceremonial en el palacio y la inserción de material de archivo de una corrida de toros se complementan con los equívocos del monarca con su sosías o del sosías con la reina auténtica y su respectiva sustituta (ambas interpretadas por la sugestiva Lida Baarova). Todo impregnado del germen de ese irónico humor que el cine checo haría conocer en todo el mundo de los años '60, época ya diferente y hasta cierto punto, opuesta a la ingenua e idealista década del '30. Pero claro, un germen no es la planta desarrollada; por momentos el relato mantiene una sorprendente vigencia y frescura, decantándose durante el resto del metraje en el mismo defecto que muchas de las talkies de fines de los '20: diálogos de relleno, sucesión de planos sin ningún tipo de sonido, etc. Por su parte, el Holmes de Martin Fric (también realizador de peso propio) equipara un perfecto psysiche-du-rôle con una ligera falta de naturalidad. [Cinefania.com]
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