Reseña crítica: Una familia netamente americana deambula por una carretera desértica, en algún punto perdido del estado de Texas. El marido (Hal Warren), empeñado en no preguntar la ruta correcta, termina conduciendo hacia un motelucho barato donde les recibe un ser llamado Torgo (John Reynolds, en su único filme ya que se suicidaría un mes antes del estreno). Torgo es un tipo que tiene las piernas combadas como si fuera un macho cabrío y aparentemente sufre algún tipo de distrofia cerebral: algunos comentaristas aducen sus extraños movimientos a que durante el rodaje estaba en la órbita del LSD. La esposa (Diane Mahree) desconfía de inmediato y trata de convencer a su cónyuge de regresar por el mismo camino que vinieron, aunque la cercanía de la noche les persuade de pernoctar en ese establecimiento. A la medianoche aparece el Maestro (Tom Neyman), el extravagante líder de la secta de adoradores del dios "Manos". Su aspecto es una mezcla entre el ex presidente de facto argentino Jorge Rafael Videla y el cantante Freddy Mercury, va cubierto con una vistosa túnica negra decorada con lo que parecen ser motivos de color naranja en forma de dedos y prorrumpe admoniciones a cada rato. El desquiciado Maestro está acompañado por un temible doberman y un harén de "esposas" en ropa interior con un camisón de gasa. El cuartel general de esta virtual secta de trasnochados está en un parque adyacente al motel, donde se realizan las invocaciones y rituales (al que también acuden cientos de polillas y otros lepidópteros que se cruzan en cámara constantemente). En ese lugar también tiene lugar una disputa entre las mujeres, a raíz de si van a sacrificar o no a la niña (Jackey Neyman) del matrimonio de intrusos. Esta discusión degenera en una ingenua pelea sobre la arena, que tras interminables minutos es detenida por el aludido Maestro. Traspolando idéntico concepto, la película misma es detenida, tras decenas de incongruentes e improvisados minutos, por el propio marido, a la sazón director de la película, con dos certeros disparos. Más allá de cualquier inquietud relativa a la trama de la película, MANOS... nos permite, o mejor dicho, nos obliga a ampliar los límites de aquello que uno considera cine del error. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com: