MAN ON THE EIFFEL TOWER, THE (1949)

Títulos en español:
- HOMBRE EN LA TORRE EIFFEL, EL (Argentina)
- HOMBRE DE LA TORRE EIFFEL, EL (España)

Dirigida por:
Burgess Meredith
Charles Laughton
Protagonizada por:
Charles Laughton
Franchot Tone
Burgess Meredith
Robert Hutton
Jean Wallace
Estudios: A&T (Prod.) RKO (Distr.)
País: EE.UU.
Estreno: 12 de Diciembre de 1949
Duración: 97'
Género: Intriga

Títulos alternativos:
- MANN VON EIFFELTURM, DER (Alemania)
- HOMME DE LA TOUR EIFFEL, L' (Bélgica)
- MAN VAN DE EIFFELTOREN, DE (Bélgica)
- HOMME DE LA TOUR EIFFEL, L' (Francia)

Reseña crítica:  En la siempre pintoresca París de posguerra aparecen dos almas destinadas a cruzar destinos merced a una tercera:  
  - Heurtin (Burgess Meredith), un modesto afilador callejero acuciado por la falta de dinero y por los rezongues de su esposa (Belita).  
  - Bill Kirby (Robert Hutton), un norteamericano de vida más disipada pero igualmente acuciado pero por las ansias de librarse de su esposa Helen (Patricia Roc) para unirse a su amante (Jean Wallace).  
  - Radek (Franchot Tone), un anónimo de un bar que escucha palabras sueltas acerca de una tía millonaria y se propone acelerar los términos naturales de vida la anciana dama para posibilitar que Kirby herede lo suyo.  
  La noticia del día es el doble asesinato de la anciana Sra. Henderson y su criada. El principal sospechoso es Heurtin, que ingresó a la mansión motivado por un dato de Radek y se encuentra con el cadáver. A las pocas horas el comisario Maigret (Charles Laughton) pesca al cándido Heurtin y, tras percatarse que no tiene las luces necesarias como para asesinar, permite que escape como carnada para que lo guíe hacia el ideólogo y asesino. La fuga es un éxito pero cuando Heurtin pierde a sus perseguidores, el superintendente amenaza a Maigret que tal irregularidad le costará el cargo. En reemplazo del prófugo, el inspector da con Radek, que rápidamente llama la atención por su perfil sobrador y jactancioso. De ahí en más, será un ajedrez humano entre el inspector, que pugna por encontrar la evidencia que incrimine a su rival, y el asesino, que trata de manipular a cómplices y policías para perjudicar a todos por igual. Maigret y Radek almuerzan juntos, comparten caviar, cervezas, suben a la confitería de la Torre Eiffel hasta el punto que se confunden los roles de seguidor y seguido. Tras incontables triunfos parciales de Radek, su ambicioso intento de jaque mate se quiebra y la persecución final desembocará en un obvio pero espectacular escalamiento de la metálica torre que preside la Ciudad Luz. Es curioso constatar la cantidad de crítica negativa acerca de este modesto pero vigoroso film cuya génesis no fue muy clara: producida por A&T (Allen y Tone), el realizador que comenzó a rodarla fue el polaco Irving Allen (no confundir por favor con Irwin Allen). A los pocos días parece que Charles Laughton se encrespó y exigió que el productor se ocupe de producir y que de rodar se encargase Burgess Meredith, cuya única experiencia tras la cámara había sido un corto durante la época de la Guerra. Las secuencias de Burgess, sin embargo, las rodó el propio Laughton, así que la próxima vez que usted participe en un concurso y le pregunten cuál fue la única película que dirigió Charles Laughton impugne tal interrogante argumentando que su andadura en la materia se inició con esta adaptación de Simenon. Se puede discutir que el resultado final es un film carente de personalidad o de un estilo, pero hay una interesante gama de recursos valiosos que incluye un valioso trabajo de fotografía de Stanley Cortez con el novedoso y artificial sistema Anscocolor y la permanente presencia de la ciudad de París (en los títulos de crédito, incluso, figura en quinto lugar como una de las estrellas del reparto). Además del citado ascenso a la torre Eiffel, hay una memorable persecución entre William Phipps y Franchot Tone por los techos de un vecindario digna de Hithchcock. Se ha dicho que Laughton está poco más que desperdiciado, pero al decir verdad, su trabajo actoral es contenido y mucho más sobrio que sus roles habituales, siempre excéntricos y tendientes a la sobreactuación. Se puede debatir en cambio la lógica del personaje de Franchot Tone pero para ello tendremos que recordar en retrospectiva la primera versión de la misma novela simenoniana, LA TÊTE D'UN HOMME (La Cabeza de un Hombre-1933) con que Julien Duvivier instaló a uno de los mejores Maigret en el extenso cuero de Harry Baur. En tal versión, el personaje de Radek (Inkijinoff) afirmaba ser un enfermo terminal y esa convención le daba más respaldo lógico a su desapego por la propia vida así como por las del prójimo. Y ya que mencionamos este precedente, es valioso recordar que Duvivier invertía casi todo el metraje en mostrar la personalidad del sobrino, la reconstrucción del asesinato, la fuga fraguada y el avatar de Radek haciéndose arrestar por una cuenta impaga en un restaurant. El film que nos ocupa, en cambio, resume todas estas fases narrativas en la primera media hora de metraje para desembocar en la dinámica de la persecución y el juego del gato y ratón entre inspector y sospechoso, establecido por el realizador (quien quiera que sea) no solo a través del tradicional diálogo sino con permanentes cambios de escenario, subidas a carruajes o taxis, caminatas a orillas del Sena o visitas a boites exóticas. El plato fuerte de las muertes no se muestra a cámara pero, a cambio, hay dos intentos de suicidio - uno exitoso, el otro no - que están notablemente sugeridos según los límites de la época. [Cinefania.com]
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