DVD:
1.
Goya's Ghosts Sony Pictures Home Entertainment (26/02/2008)
Reseña crítica: Goya (Stellan Skarsgard) es el pintor del Rey Carlos IV (Randy Quaid) y de su corte en la España del 1789. Uno de sus clientes es el Padre Lorenzo (Javier Bardem), integrante de la jerarquía eclesiástica que comanda la Inquisición. Examinados por estos prelados, los terroríficos grabados de Goya son interpretados como manifestaciones diabólicas. Como la Iglesia no puede aspirar a acusar a Goya, siendo amigo del Rey y teniendo tan buena relación con la Reina, el Padre Lorenzo se fija en una joven modelo de Goya llamada Inés (Natalie Portman, en increíble doble caracterización) y manda a sus operadores a seguirla. Luego de que en una taberna alguien nota que Inés no come cerdo, surge la sospecha de que su familia sea judía, tras lo cual la chica es citada por el Santo Oficio. Esta citación implica el comienzo de una serie de torturas tras las cuales Inés termina confesando según el capricho de la Inquisición. El padre de Inés (José Luis Gómez), preocupado, implora a Goya que invite a cenar al Padre Lorenzo. Durante la cena, el tema de conversación es si la tortura es válida como método para obtener confesiones auténticas. Mientras Goya admite que, para evitar el dolor, podría confesar ser el Sultán de Turquía, Lorenzo indica que el poder de Dios daría fuerza a un torturado que fuera inocente. Ante tal aseveración y, con la defraudada esperanza de recuperar a su hija, el padre de Inés intenta demostrar la falsedad del método, presionando al cura para que firme una confesión extravagante. Esta situación tensa (y delirante, por cierto), será el primero de los varios golpes de timón con que el esqueleto narrativo de la película de Milos Forman irá construyéndose y derribándose, en pos de nuevos esquemas. A nivel cinematográfico, esto implica que Goya no es el protagonista de los hechos, sino un observador virtuoso, testigo más o menos natural de los cambios que se operan en España y en el Mundo Occidental en la complicadísima transición entre la Edad Moderna y la Edad Contemporánea. La Inquisición es abolida por la invasión napoleónica y su nuevo orden, de cuyo mensaje republicano de libertad, igualdad y fraternidad, Lorenzo se convierte en portavoz y furibundo fiscal contra sus antiguos superiores. Un tema que se convierte, creemos, en el planteo esencial del filme, está mencionado en la mencionada reunión de sacerdotes, que cuestionan que aquellas aguafuertes y grabados sean los que den la imagen de España en el mundo. Más tarde, Goya presenta un inmenso cuadro ecuestre de la reina. El realismo del artista decepciona a los monarcas, ya que la reina no aparece más hermosa sino tan poco agraciada como era. El propio Padre Lorenzo, si bien complacido, no parece estar muy consustanciado con la imagen de su propio retrato. ¿Ausencia de espejos en el siglo XVIII? No. Más bien, la permanente insatisfacción expresada en la Historia del Ser Humano, mutando de modelos de gobierno y de sociedad, demonizando al diferente y santificando al poderoso, encarando cambios milagrosos que terminan retrotrayendo el status a la fase previa del cambio. En el mismo tren que discurren estos temas, Forman implanta interesantes viñetas de Goya trabajando, algunas importantes escenas de masas resaltadas con soberbias reconstrucciones de época y un trabajo brillante de dirección de fotografía. [Cinefania.com]
Calificación Cinefania.com: