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DISCO BRAILLE DICIEMBRE 2013: POR QUÉ DEJÉ DE COMENTAR DISCOS
BAILAR SOBRE ARQUITECTURA: HONESTIDAD BRUTAL Y ZAPATOS DE GOMA No estoy escribiendo comentarios de discos desde hace más de un año, y no por falta de interés en la música: en estos días, por ejemplo, estoy volviendo a escuchar el álbum debut de Los Siete Delfines y el último de Gustavo Cerati, así como los discos nuevos de Richard Coleman y el Indio Solari y el ya no tan nuevo de Daft Punk. Podría argüir que no escribo por falta de tiempo, que es cierto, pero en estos últimos meses pude guardarme unas horas cada tanto para escribir unas cuantas cosas, textos de ficción como el de los Cuatro Olvidados Memorables, o el del Encuentro en Hesperia, o un cuento que todavía no vio la luz de Internet y que responde al título de El Altar de Praga. También podría argüir que es un súbito reconocimiento de los límites de mi sapiencia musical, que también es cierto... pero tampoco es el caso (Continúa aquí)
DISCO BRAILLE JULIO 2012
LA PIEDRA EN EL AIRE
Flopa Minimal - Azione Artigianale 2012
Se supone que, con los años, el alma se aquieta o, dicho en un vocabulario sólo un poco menos metafórico, el lento e imparable declive hormonal va tirando para abajo el tempo y el volumen de los temas musicales preferidos. A mí me está pasando lo contrario: cada vez tengo más ganas de escuchar a, digamos, Led Zeppelin o AC/DC, y supongo que la razón debe ser que, siendo autorreflexivo por naturaleza, las melodías melancólicas me extravían en el lento laberinto de la evocación de los fracasos del pasado y la contemplación de la certeza de la mortalidad futura. No es momento en mi vida para añoranza ni nostalgia, al menos no todavía: así que sabrán disculpar que hoy me levante escuchando, digamos, “Immigrant song”, y pensando en cómo me voy a llevar puesto a cada minuto de este día y a todo lo que se me cruce en el camino.
Por si esto… sí, ya voy señora, no me olvidé de que esto es un comentario de “La piedra en el aire” de Flopa y Ariel Minimal, todavía no me hago atender con ese doctor alemán, ese tal Alzheimer. Decía que por si esto fuera poco para predisponerme mal a la escucha de esta placa, además yo crecí escuchando a los Beatles, en cuyos discos se alternan canciones de estilos y orquestaciones muy variadas, y tal vez no esté preparado para apreciar favorablemente a un disco minimalista, compuesto exclusivamente por temas acústicos. Pero así y todo, me sorprendieron muy gratamente varias canciones, en especial por sus letras: me gusta leerlas como cortos poemas, que lo son. Los versos de “¡Así se trabaja!” postulan una relación sentimental en problemas (“yo no sé si vos / firmarías una tregua”) en la que sus dos protagonistas se proponen seguir adelante (“vamos a remar río arriba / este barro vamos a remar / río arriba / sin descanso”) y cuyo extraordinario sumario cabe en dos versos como “casi está el amor / contenido en este gesto”. La frase “Las momias de un ayer” de “Las momias” (una muy bella melodía) evoca enseguida al Spinetta de “hoy se conmemora el año momia” de “La luz de la manzana”. No es poco.
Cabe destacar también a la tierna canción de apertura, “Atolondrón”, y su pintura de un narrador desesperado por encontrar una excusa para charlar con la persona amada y comunicarle de una vez su amor. En “¿Y cuánto más tengo que pagar?” se agrega una armónica a la paleta de sonidos, así como en “La máquina de hacer todo mal” lo hace un piano, sosteniendo versos notables en su angst adolescente como “todas las promesas del pasado / que nunca te pasaron a buscar / y estás cansado de esperar” y “sin querer pusiste a funcionar la máquina / de hacer todo mal / de tu propia medicina vas a probar: / el tiempo”.
En “Este oeste” llama la atención la belleza de la melodía; en “Cosecha de amor”, el ritmo ablusado, que remite enseguida a cierto rock argentino de comienzos de los años 1970. En “Mi cámara” es agradable oír un reproche tan pulcro como “no me estás prestando tus oídos y estás acabando los míos / no me hables más”. Y en la dinámica “Todo lo que ya no sirve” se escucha “caminando voy / hasta donde haga falta/ y si es lejos no me importa / porque no me importa nada”.
NOT YOUR KIND OF PEOPLE
Garbage - Stun Volume / Universal Music Argentina 2012
En poco más de diez años de carrera, de 1994 a 2005, Garbage se las arregló para formatear un atrayente estilo cuya descripción en palabras invita inmediatamente a recordar la broma de ¿Elvis Costello? ¿Frank Zappa? ¿el Bambino Veira? de que escribir sobre música es como bailar sobre arquitectura: oscuras canciones pop con letras sobre relaciones tortuosas, filosas guitarras rockeras, un concepto de producción cercano a la música electrónica y una frontgirl extraordinaria, Shirley Manson. Si el eventual y acaso inexistente lector no abandonó estas líneas después de esa oración, le prometo unas palabras acerca del regreso de la banda de la Manson, Butch Vig, Steve Marker y Duke Erikson tras siete años de silencio.
El disco de retorno es desparejo, con algunos tramos anodinos, y su principal novedad con respecto al sonido clásico del grupo es más bien negativa: algunos momentos electropop que suenan a los próximos covers de T.A.T.U. (¿se acuerdan de ese dúo de rusitas que jugaban al lesbianismo mientras hacían que cantaban?). Es el caso del tema inaugural, “Automatic systematic habit”, cuyo comienzo épico predisponía a esperar otra cosa de estos veteranos del rock, o de “I hate love”. Afortunadamente, el tercer tema y corte de difusión, “Blood for poppies”, eleva la puntería con una extraordinaria base reggae y un preciso riff de guitarra haciendo equilibrio encima, un breve intervalo psicodélico – electrónico y un estribillo genuinamente pop, más una letra que postula a un soldado occidental perdido entre los campos de amapolas de Afganistán y “esperando a Godot”.
Del resto, destaco la excelente balada que da nombre a la obra, cuya letra esquizoide advierte que “todo es una mentira / no somos gente de tu tipo” y que “cuando te construís una caparazón, construís un ejército en tu mente / no podés estarte quieto y no te gusta andar entre la multitud / ellos no entienden”. También, la delicada "Sugar" y las poderosas “Man on a wire” y “Battle in me”, en la que Shirley Manson advierte que “chiquito, se necesita bastante para sacudirme” y propone “veamos cuál de nosotros dos dura toda la noche”, por sobre una línea de guitarras incandescentes y una batería que suena a fábrica de tractores soviética.
“Nada bueno fue gratis nunca”, canta Shirley en la balada “Beloved freak”. El tiempo se ha cobrado su precio sobre estos cuatro músicos (basta ver las fotografías del librito que acompaña al CD) pero a los autores de tremendas canciones como “Queer", “Milk”, "Bleed like me", “Push it”, “Stupid girl”, es de total justicia mantenerles abierto el crédito.
DISCO BRAILLE ENERO 2012
BALDÍOS LUNARES
Juanse - Paranoide Records 2011
Durante mucho tiempo, la música de Juanse y los Ratones Paranoicos fue subestimada con argumentos más efectistas que veraces, del estilo de "son los Danger Four de los Rolling Stones", como fulminara el Indio Solari, o la identificación de Juanse con la parodia capusottiana de Pomelo. Más allá de que haya algún núcleo de verdad en esas dos exageraciones, Ratones Paranoicos siempre fue una de las mejores bandas argentinas para ver en vivo, y además ¿quién puede resistirse a hits como "Sucio gas", "Carolina", "Ya morí" o "Rock del gato"?
"Baldíos lunares" satisfará al fan paranoico con temas como "Descomposición" (en plan Stones funkies), "Algo sucia" (con Deborah Dixon de invitada), "El fuego", "Sólo una vez" o "Baby doll", una gran letra de Cuino Scornik, habitual colaborador de Andrés Calamaro (con líneas de tremenda eficacia como “ya no hay cascos para el asco”, o “sin tu opinión, sin tu razón / a mi no me cambia el destino / Pero sin tus medias y tu baby doll / para mi la puta vida es un horror"). Pero hay más, para bien de la carrera solista de Juanse. Y las novedades se concentran al comienzo del álbum, que arranca con "El sol", una agradable y relajada balada folk con tintes psicodélicos, y continúa con "Samurai", un reggae de letra jocosa que suena por momentos a Los Abuelos de la Nada de comienzos de los años 1980, hasta que desemboca en un estribillo épico que suena gracioso por contraste.Luego vienen "El fantasma del cuento" (donde un riff símil "Satisfaction" monta una melodía que me hace recordar a la de "Fin de semana salvaje" de Los Brujos) y una balada abolerada y babasónica como "Carne radioactiva", además de otro tema con letra del Cuino, "Tomates", donde Juanse hasta adopta una inflexión de voz calamaresca para cantar versos como los sobrevaluados “una canción no es un kilo de tomates / nunca está cara” o los maravillosos “una mujer / no se compra en una esquina / siempre tendrás otra / y la que viene es la mejor” (¡Dios te oiga, Cuino, Juanse!). Cierra el disco una realmente notable versión disco lounge de "Gabinetes espaciales" de Almendra, que por sí sola justifica la placa.
Párrafo aparte para los invitados (Diego Arnedo, Bocón Frascino), para la producción de Facundo Rodríguez y para la excelente banda de apoyo, integrada por nada menos que el guitarrista y tecladista Gonzalo Aloras, el baterista Bolsa González, el bajista Leo Arube yel tecladista Germán Wiedemer.
BLINDADO
Baltasar Comotto - EMI 2011
El segundo disco solista del guitarrista de, apenas, Luis Alberto Spinetta y el Indio Solari parece tener dos partes, como si fueran dos lados de los viejos LP: una primera mitad donde manda el rock bien duro y áspero, y otra no menos rockera pero más variada en timbres, tempos y ritmos. El resultado general es muy bueno y parejo, pero no puedo negar que mis gustos hacen que la segunda mitad me parezca mucho más atractiva.
El álbum comienza con la poderosa "Mundo cabeza" (con algún verso tan perfectamente spinettiano como "un cuervo ríe pensando que te va a comer"), "Rompe el cristal" y su estribillo que perfecciona el disfrute de los headbangers, la polenta contenida de "Años", las viñetas porteñas de "Buenos Aires" y "Lugano" y "A lo mejor", que cerraría esta primera parte y cuenta con la participación vocal del Indio Solari.
A partir de allí viene lo más destacable del disco: el sinuoso riff y el pegadizo estribillo de "Siete"; una bella balada en 5x4 como "Las penas", con Ricardo Mollo cantando que "es la canción lo que me aislará de las penas"; la breve, adrenalínica y disonante "Mate"; la hendrixiana "Quién sos", con Patán Vidal en órgano Hammond; "Hipnotic", otra preciosa balada de rítmica irregular (7x4) con Spinetta en voz; y un muy buen cierre con "Sacude tu mente", con guitarras restallantes y un tremendo solo.
DISCO BRAILLE DICIEMBRE 2011
BAD AS ME
Tom Waits – ANTI- 2011
El primer disco de nuevas canciones de Tom Waits en siete años contiene trece breves canciones, montadas sobre fenomenales grooves construidos con llamativas bases percusivas y una brillante sección de bronces, y realzadas por la enorme calidad de Waits como intérprete: como Bob Dylan, el viejo Tom tiene hoy la voz que soñaba tener a los veinte años.
La placa arranca con “Chicago”, un R&B de la era digital con nada menos que Keith Richards en guitarra, y una letra que narra la historia de uno de tantos migrantes del Sur que se fue a probar fortuna en la gran capital de la región de los Grandes Lagos. Siguen un par de grandes blues, una oda a la mujer como “Raised right men” (con Flea en bajo) y “Talking at the same time”, en el que Waits, que saca de la galera un falsetto extraordinario, lamenta que “todo el mundo está hablando a la vez” y que “alguien hace dinero cuando hay sangre en las calles”, asume que “nadie te sacará del barro / tenés que construir tu nido lo suficientemente alto como para escapar de la inundación” y concluye diciendo amargamente que “rescatamos a los millonarios / ellos se quedaron con la fruta / y nosotros con la cáscara”.
Siguen más blues (“Pay me”, en tiempo de vals, “Face to the highway”, un canto a la carretera como símbolo de la aventura), un delicioso rockabilly (“Get lost”), una balada texmex (“Back in the crowd”) y hasta una especie de bizarra marcha antibélica que suena a grabada en vivo ¡en medio de una batalla! (“Hell broke Luce”). “Bad as me” es una alucinada canción de piano bar acerca de dos amantes que son el uno para el otro, y “Kiss me”, un blues de nightclub, en el que una pareja intenta recrear su pasión (“bésame como a un extraño otra vez”).
Quedan para el final tres joyas: “Satisfied”, una especie de respuesta a “Satisfaction” con Les Claypool en bajo… y Keith Richards en guitarra (“dije que obtendré satisfacción / estaré satisfecho / antes de que me vaya”, y “ahora, señor Jagger y señor Richards / rascaré ahí donde me pica / antes de que me vaya”). “Last leaf” es una conmovedora canción acústica acerca de envejecer, cantada a dúo con Richards, con versos extraordinarios como “soy la última hoja del árbol / el otoño se llevó al resto / pero ellos no me llevarán” y “si ellos derriban este árbol / me apareceré en una canción”. La balada de piano bar “New Year’s Eve”, con el extraordinario Marc Ribot y el dulce acordeón de David Hidalgo de Los Lobos, cierra el disco con su esperanzada invocación a empezar de nuevo.
DISCO BRAILLE NOVIEMBRE 2011
SIBERIA COUNTRY CLUB
Richard Coleman – EPSA Music 2011
Parece mentira, pero éste es recién el primer disco solista en 25 años de carrera de Richard Coleman, ex líder de Fricción y Los 7 Delfines y más que habitual ladero de Gustavo Cerati, tanto en la composición como sobre el escenario. Coleman contó con otro habitual compañero de Cerati, Tweety González, para coproducir el disco con él y para tocar sintetizadores en varios temas, además de Jorge Araujo (Gran Martell y ex Divididos) en batería, otro ex Fricción como Daniel Castro en el bajo y otro guitarrista surgido en los ’80 como Ulises Butrón, y el resultado hace justicia a las credenciales de Coleman como cantante, letrista, compositor y guitarrista.
La placa arranca de forma inmejorable con la potente "Turbio elixir" y con "Normal", gran tema que cuenta con un rockerísimo solo de Cerati, en una de sus últimas grabaciones hasta la fecha, y que en el puente tiene un cierto aire a "No you girls" de Franz Ferdinand. "Hamacándote" es una balada para chicas lindas, "Escarabajo" es una bella canción acústica compuesta por Butrón, "Jamás" es un rock contenido con una letra que habla del desamor, "Jardines líquidos" coquetea con la psicodelia, y la poderosa "Memoria" es una inquietante pintura de la claustrofobia existencial en la que puede devenir la amnesia (“hablemos de vos primero / decime qué hacés en mi mente”). Cierra la placa la oscura "Veneno", digno final de uno de los mejores discos argentinos del 2011.
RINGO
Massacre – PopArt 2011
“Ringo” sigue las pautas de su antecesor “El mamut”: un enfoque musical que corteja la masividad y una producción muy cuidada, que destaca el fenomenal interplay de las guitarras de Fico Piskorz y el Tordo Mondillo. Las melodías, agradables, mantienen la costumbre de perseguir de compás en compás las azarosas métricas y rimas de las letras. El resultado no es tan contundente como en la obra predecesora pero vuelve a ser muy bueno, en la primera línea de lo que produjo el rock argentino en el año.
"La web del siglo" abre el disco cuestionando la forma en que la vida de todos los días está siendo penetrada (¿suplantada?) por los arbitrarios tics del mundo virtual (“obedeciendo al ordenador / qué indeciso sos mi amor”). Le sigue "Tanto amor", un muy melodioso tema de amor con una letra poco inspirada, y un muy divertido y dinámico rockito con introducción de cítaras, "Tengo captura". "Celebrity", que arranca como un tema pop ochentoso y se va poniendo rockera, se las toma con el pequeño mundo de las celebridades mediáticas. "La Virgen del Knock Out" evoca a un legendario y querible ídolo popular argentino de los ’60 y ’70, el boxeador Oscar Bonavena, el Ringo del título del disco. "El deseo" es la mejor canción de la obra, con una sentida letra en que rockers ya cuarentones reconocen que “a esta edad es cuando comienzan / a incomodarnos las horas”, admiten que “juramos no tripular / más naves incendiadas” y concluyen diciendo (diciéndose) que “ningún invierno empieza / hasta que no seas vos / quien dé por apagado el sol”. "Muerte al faraón" saluda la creciente politización de una buena parte de la juventud argentina actual. "No pruebo nada" tiene una letra calculadamente ambigua y deliciosas guitarras, y cierran el CD "El Robot vs. La Momia Azteca" y "Lo mío no es tan grave", en las que a la pared sonora se le suman sintetizadores, con resultados muy positivos.
DISCO BRAILLE SETIEMBRE 2011
MUGRE
Acorazado Potemkin – Oui Oui Records 2011
El disco debut del trío formado por el guitarrista, vocalista y principal letrista Juan Pablo Fernández (ex Pequeña Orquesta Reincidentes), el bajista Federico Gahzarossian (ex Don Cornelio y Los Visitantes, actual miembro de Me Darás Mil Hijos) y el baterista Luciano Esaín (Valle de Muñecas) es una agradable sorpresa en el panorama del rock local. (El disco se ofrece para descarga - diríamos "a la gorra" - en este sitio).
Acorazado Potemkin es un trío de rock potente y elaborado al servicio de una lírica oscura (en general, referida al desamor) y un fraseo medio tanguero en el canto de Fernández. La letra del tema inicial, "Algo", habla de salir a ponerle el pecho a la vida aún en la derrota, o mejor dicho, especialmente en la derrota. El protagonista de “Desert” afirma que "no hay más nosotros" y que "sueño el mismo sueño, vos sabés / que nos explota en las manos". Exquisitas guitarras que evocan a Pixies caracterizan al midtempo "Desayuno" y a "Los muertos", un extraño himno que proclama que "todos tienen algo que envidiarle a los muertos". "Caracol" y "Quiero" son dos furiosos punk rocks con letras de Gahzarossian, que cualquier programador radial mínimamente competente engancharía con "Zombie" de Divididos. "La carbonera" es una de las mejores canciones de la placa, una crónica suburbana en tiempo de rock frenético, y el otro punto bien alto es la oscura "La mitad", con Flopa Lestani y Juan Ravioli de invitados: la cita de "Final" del recordado Darno ("ahora que no hay nada sino fotografías") es un adecuado epígrafe para una letra que expresa el desamparo que produce el fin del amor ("y si es cierto que lo nuestro se termina / y si es cierto hay que hacerle un final / entonces quiero que te lleves mi hombro izquierdo / que sin tu pelo no lo voy a usar jamás"). "Perrito" pide "oleme porque yo ya no sé volver / a casa, limpiame estos brillitos del ojo" antes de un final instrumental incandescente, que enseguida da paso a un poderoso cover en español de “Uns versos” de la cantautora gaúcha Adriana Calcanhotto.
DISCO BRAILLE AGOSTO 2011
La Chicana - Acqua Records 2011
¿Cómo entrarle al comentario de un disco tanguero, cuando uno apenas infiere los rudimentos del género? ¿Por el lado de las canciones de piano bar, aunque uno conozca a Tom Waits sólo hasta ahí? ¿Por el lado de la comparación con Arcade Fire, por la riqueza tímbrica de la orquestación y la variedad rítmica? ¿O mejor dejarse llevar y hacer lo que a uno le salga? Que el lector juzgue este comentario del reciente álbum doble de La Chicana, banda porteña formada por el multiinstrumentista y cantante Acho Estol, la cantante Dolores Solá, el bandoneonista Tripa Bonfiglio, el violinista Pablo Clavijo, el contrabajista Pato Cotella y el percusionista Fede Tellechea.
El primer disco incluye una notable serie de covers, por la variedad insólita de influencias que la banda se encarga de aporteñar exitosamente: reversiones de tangos tradicionales como “El torito” y “Fruta amarga” comparten la placa con canciones de Tom Waits (“Lullaby”), Os Mutantes (la hermosa “Balada do louco”), Brecht y Weil (“Alabama song”), Charly García (notables acercamientos a “Por probar el vino y el agua salada” y “A los jóvenes de ayer”). También hay temas jazzeros (“A shot in the dark” de Henry Mancini), poemas musicalizados (de Nicolás Olivari y Raúl García Tuñón), melodías tradicionales gitanas (“Ederlezi”) y hasta ¡tangos chinos! Para el que no conozca a La Chicana, es mejor comenzar por tres o cuatro escuchas seguidas de este CD, para entender la idea.
El otro disco contiene casi exclusivamente temas de Acho Estol y es menos variado estilísticamente aunque, entre tangos y milongas, La Chicana se permite incursionar en la zamba, la polca y hasta la cumbia. Para destacar, el vals que da nombre al trabajo (con versos notables como “un kilo de fierro en la mano y uno es otro / y sos Caín o sos Abel / y eso si tenés suerte de elegir”). “Fetiches” es un tango autorreferencial (“los fetiches de los tangos / una noche se agotaron / las metáforas fallaron, fue cerebro el corazón”), “Del diario de Viktor Frankenstein” tiene letra del legendario Lucho Alposta, y “Escaparse” suena a eco del “De nada sirve” de Moris (“de nada sirve escaparse cuando es uno el que persigue”). Un quinteto de guitarras y guitarrón se luce en el tango carcelario “Ese quién es”, una pintura de un submundo lumpen que se complementa con la historia conurbana de “Tres hermanos”. En “Yo marioneta”, una especie de milonga tropical (!), una letra muy tanguera confluye con la ciencia ficción citando a "El Eternauta" y a “Blade Runner” (“soy un replicante / con los circuitos dañados / no vi naves incendiarse más allá de Orión / pero hice esta pequeña canción”) y Fernando Noy le da lustre al recitado incluido en esa bella pintura de un playboy existencialista que es “Soneto”.
DISCO BRAILLE ABRIL 2011
Mar Aún – Viajero Inmóvil Records 2010
El disco debut del cuarteto porteño liderado por Nicolás Burotto comienza muy bien con "Siempre pensando lo mismo", una melancólica canción acústica con algunos toques progresivos en el sonido y la estructura rítmica que evocan inmediatamente a Spinetta. La paleta estilística se amplía, en "Pero el sol no baja" y el continuo sónico que forman "Esa magia" y "Diciembre", para incluir un aire de psicodelia, y en la bella "Países", hasta insinuar tímidamente una baguala. También me parecen destacables el instrumental "Savia", en el que el protagonismo corre por cuenta de la flauta de Natalia Oronel, y la agradable "El lugar del cantar".
“Aunque el día sea de otro” es un disco musicalmente interesante, bien tocado, con letras concisas e introspectivas, pero con una interpretación vocal algo monocorde. Si uno no está en un mood convenientemente bucólico, es probable que termine extrañando un poco de tensión estilística, temática o rítmica que sostenga el interés.
R.E.M. – Warner 2011
¿Qué se puede pretender de un nuevo disco de una banda clásica? Si las reinvenciones son extremadamente raras (Bob Dylan) y acecha el riesgo de convertirse en una banda de covers de temas propios (Rolling Stones) tal vez lo que se puede pedir es envejecer con dignidad: no desentonar con la historia y, si se puede, agregar alguna canción a la lista de temas ineludibles de las futuras actuaciones en vivo. En ese sentido, R.E.M. vuelve a pasar el examen, si bien con menos holgura que con el álbum previo, el excelente “Accelerate”.
Para estos veteranos de la guerra y la paz del rock, todavía no es tiempo de lamentos sino de esperanza: “éste es mi tiempo y estoy encantado de estar vivo” canta Michael Stipe en el tema final "Blue", con Patti Smith y Lenny Kaye; en la dulce balada "Every day is yours to win", aclara que “no puedo decir una mentira / no todo es tarta de cerezas / pero todo está ahí esperándote”. Hay varios rockitos ("All the best", "Mine smell like honey", "That someone is you", el furiosamente punkie "Alligator aviator autopilot antimatter") y midtempos con el sello inconfundible de la banda ("Überlin", "Oh my heart", "Me, Marlon Brando, Marlon Brando and I") además de una gran apertura con "Discoverer" y una agradable canción folk que se acelera al final y que cuenta con la participación de Eddie Vedder, "It happened today".
DISCO BRAILLE ENERO 2011
Black Dub – Red Ink 2010
Esta flamante banda
es un proyecto del veterano productor canadiense Daniel Lanois,
colaborador de artistas como Bob Dylan, Neil Young, U2, Brian Eno o Peter Gabriel (¡casi
nada!). En 2009 convocó para armar Black Dub al
bajista Daryl Johnson, al (extraordinario) baterista jazzero Brian Blade y a la joven cantante y multiinstrumentista Trixie Whitley. El resultado es un álbum musicalmente muy fluido y
muy rico (las letras no son especialmente memorables) en el que el soul, el jazz, el funk, el blues, el gospel,
el reggae y el ambient conviven armoniosamente en un marco
conceptual que remite al dub (bajo y batería bien al
frente, uso extensivo del eco y de efectos sonoros).
“Black Dub” es de esos discos que no resultan inmediatamente
accesibles, pero que a la segunda o tercera escucha comienzan a entregar un
descubrimiento tras otro (y si se lo escucha con buenos auriculares, mucho mejor).
El muy U2 tema de
apertura “Love lives”, el glorioso
funk “Last time”, el himno “Sing” y el épico “Ring the alarm” rompen la sucesión de midtempos:
me parece que este muy buen disco siente la falta de algún otro tema más con
tempos vivaces.
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